miércoles, 28 de abril de 2010

Pensemos pues:
La Ley de Murphy es una forma cómica y mayoritariamente ficticia de explicar los infortunios en todo tipo de ámbitos que, a grandes rasgos, se basa en:

Si algo puede salir mal, saldrá mal.

La vida es así de caprichosa y pesimista. La ley de Murphy esta, ahí. Siempre presente, para fastidiar, lo que podría ser llamado, los "momentos cumbre" de nuestra vida.
No hay explicación lógica de todo esto, sucede, sin más sin avisar, tan si quiera.
Cómo si de un día para otro, abriésemos nuestra pequeña caja de Pandora.
Y todos los males que ella con lleva se esparciesen por todo lo que va "bien" en ese momento.

y yo pienso;

Sonríe hoy...mañana será peor.

Así que he decidido tomarme esta filosofía, al pie de la letra, seamos sinceros, las cosas serían mucho mejor, si yo pudiese saber cómo cerrar la maldita caja de Pandora, que un día decidimos abrir.
Pero hoy por hoy, voy a ser simpática, alegre, voy a ser mi yo más alegre, aún que por dentro me este diciendo a mí misma, AUTOENGAÑO, no estas así, quieres saber todo, y no sabes cómo.
Decides plantarle tu buena cara, con tu mejor sonrisa, cuando...sólo es una careta que oculta, la mirada perdida, y una especie de mueca.

Infimamente, solo unas pocas personas, saben de mi disgusto, de que no esta todo bien, que el equilibrio es imposible, y que la maldita Ley de Murphy me putea a todas horas.

Creo que uso el término Ley de Murphy para atribuir que todo me sabe a poco, hasta la luna,
a mis derrotas, una detrás de otra, a que soy cobarde cuando, me apetece ser valiente.
Pero me niego a todo lo que conlleva, por que me niego a que la distancia es el olvido, por que cuanto más lejos te tengo, más me acuerdo de ti; me niego a ser una vez más a pasarlo mal únicamente yo.Me niego, me niego y me niego.

Por que te quiero absurda como soy yo.

Y no quiero, ni ley de Murphy,ni quiero ser una poeta del desamor, ni perder el tiempo, ni pesimismo. Quiero suerte, ser valiente y que todo salga bien.
pero tú tendrás ganas de quererme cuando empiece a derrochar excesiva fragilidad...
cuándo yo no tenga más fuerzas para quererte, para aguantarte, ni para prometerte que te aguantaré.





Cómo la ley de Murphy indica, algo tiene que salir mal ¿no?

Declárame tu amor con un disparo.
Apunta. Fuego.



Ya se encargará alguien de no dejar que muera desangrada, si la ley de Murphy se interpone.





Mi única mentira cierta: te quiero.



El resto tan sólo es fantasía.

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