sábado, 24 de noviembre de 2012

Tan rota, tan mágica.

Llega el frío invierno y aún recuerdo como el anterior lo pasé refugiada en la sonrisa de un guapo canario cada vez que llegaba al trabajo me empapaba de calor.
¿Dónde estará? ¿Qué habrá sido de él? ¿Y porqué nunca me devolvió esa cita? ¿Pero si siguió escribiéndome?

También recuerdo como me dio un vuelco el corazón la primera vez que le vi, se coló, pero no solo en la espera para firmar y entrar a trabajar, sino se coló en mi vida.

Y qué difícil es no recordarle.

Cansada de esperarle, espero que algún día tal vez volvamos a encontrarnos, tal vez se cuele de nuevo y tal vez se acuerde de mí.






Del recuerdo me alimento,
paso mis noches en vela pensando si hay.
Si hay alguien ahí fuera que pierda el culo por mí.

Fue un momento,
un momento que igual no vuelve:
Un bonito acento que ensordeció mis oídos
Una bonita sonrisa que me cegó
Y unos ojos que le dieron luz a la oscuridad.







Hola, ¿como te va? ¿te acuerdas de mí?