viernes, 6 de mayo de 2011

Cegada, quizás será el exceso de alcohol que nubla mi memoria.


Perderme por mitad de la Gran Vía rodeada de gente es lo que quiero hacer, sin saber donde ir, donde estoy, iluminada, cegada por esa luz que refleja la capital y su calle central.
La calle donde se pierden amores, se encuentran nuevos, y yo sigo aún perdida.
¿Qué busco? ¿Qué hago?
Se me pasan las horas, y mi cabeza bombea cada recuerdo de ti al resto del cuerpo, tengo mono, y no de tabaco, ni antojo de chocolate. Es mono y antojo de ti.
Es algo extraño, no me siento evadida del mundo, pero cada vez que le veo, algo me dice que ande hacía él, que le sonría, le baile, le susurre y me deje llevar.
Sí, es la pieza que hace que mi mente se deje llevar y tras ella el resto del cuerpo. Te busca.
Y aquí estás, ¿qué buscas? ¿A mí?
No sé.

Confusa, aturdida, perdida en mitad de la Gran Vía de mi desordenada cabeza.