martes, 28 de enero de 2014

Tantas ganas como miedo.

No paro de respirar humo y ambiguedad. Noto el ambiente algo cargado ya, y me aletargo en estos días donde no encuentro el sueño y mis ojeras llevan su nombre escrito.
En el precipicio de la locura, despues de estos meses eternos, cada vez estoy más cerca de esa respuesta que tanto anhelo saber...

Soy una mezcla de nervios. Tengo ganas y no de saber que puede pasar a continuación, si serás las ganas de vivir, la espera y la sonrisa en mis labios cada día o serás la tristeza en mis ojos de algo que pudo ser y no fue.

Porque tengo ganas de que vuelvas, esta vez para quedarte, que vuelvas a ser mis ganas de escribir, que te conviertas en letra sobre papel. Eterno. Para dentro de años poder leerte como la primera vez. La primera vez que te vi, te besé, te amé, te esperé, te odié y volví a quererte como nunca te van a querer.

Tengo tantas cosas que escribir, tantas cosas que decir que siempre callé por miedo a perderte o que simplemente no se pueden expresar con palabras, cómo que contigo las horas se hacen cortas y siempre se hicieron, que me faltaron minutos y valor para decirte lo mucho que me atraes, que siempre confundí tus defectos con virtudes. Eres un imán.
Me quema tanto tu recuerdo, que lo llevo grabado a fuego en mi piel. 



Ya veis aún me queda nostalgia para todos.

Porque por él creo que el amor, o es a primera vista o no es amor. No necesitas meses, ni días, ni horas, ni minutos para saber, que quieres ver a esa persona todos los días al levantarte. Porque el amor es a primera vista, y ese mismo día ya sabes que le necesitas, según tuerce la esquina y se marcha.



Tú eres surrealismo, no hay mejor palabra que te acompañe, eres mi subconsciente veinticuatro horas al día, que a la mínima que cierro los ojos ahí están tus grandes ojos azules, mirándome y yo pienso, como voy a rendirme si tus ojos en mi subconsciente me piden a gritos, quédate una noche más. 



Hazme promesas, háblame de noches, de despertares a tu lado, de ver el mundo a través de tus ojos y agarrada a tu mano, de tardes de mantita, peli y sofá, de tu aroma en mi ropa, de hablar hasta las tantas y de poder hablarte sin abrir la boca, de querernos con las manos y de perderme en tus ojos, de no saber que besarte. 
Átame con palabras, gestos, besos y miradas.





Tengo tantas ganas de volver a verte...


Sara Herranz