sábado, 15 de mayo de 2010


Hoy voy a escribir un texto infinito,
más infinito que un cigarro que siempre se acaba.
Voy a formar remolinos, maremotos, terremotos,
a romper esquemas, y unos cuantos corazones.

Son las nueve y cuarto, despierta llegas tarde.
Olvídate de mí del café y las tostadas,
déjame retorcerme en la cama.
Olvídate del trabajo, del tráfico y los informes
acuérdate de mí, de mis besos sin aire,
de las infinitas sonrisas que podré dedicarte.

Piérdete en el pestañeo de mis ojos,
estresate cuando me muerda el labio,
memoriza cada unos de mis diminutos gestos,
memorizame.

Pierde la cabeza por eso de que enamorarse, es fácil
y más de mi.
Evitáme cuando me ponga tonta.
Besáme cuando me ponga seria,
romántica y con cara de niña buena.

Coje el paraguas, llueve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario