miércoles, 14 de julio de 2010

He tardado en escribir, quizás por que he intentado no pensar en él, es más a penas por no decir que no hemos hablado en estos últimos días.
He descubierto que para mí, es como para Garcilaso, Isabel Freyre, su musa, su inspiración. Eso es él, mi inspiración.
Y cuanto más dolor y más indecisión siento, más escribo, soy así, que se le va a hacer.
Son tonterías mías pero me parece increíble que a estas alturas siga con esa incertidumbre de no saber realmente que siente por mí o si ha pasado a ser una simple amistad. En fin, con esto no me saca de dudas, de saber realmente si estoy perdiendo el tiempo, o no sé... mi vida va a la deriva desde que le conocí. Yo harta de tanta duda, de tanto miedo, de espera, de dolor, de alegrías que no llevan a ningún sitio.
¿Cuántas veces habré dicho que se acabó? ¿Qué me voy a olvidar de él?
Y aún sigo al pie del cañón a punto de hacer 10 meses de ese día trágico, obcecado o feliz, feliz cómo ningún otro.
Sé que será imposible borrar los recuerdos de mi cabeza y que cuando pase por algún lado en el que haya estado con él no me vaya a acordar, por que me acordaré.
Pero quiero nuevos recuerdos que cubran los otros, por que es tan corto el amor y tan largo el olvido, dijo Pablo Neruda, y tenía tanta razón. Duele tanto el olvido, el olvido que nunca se llega a conseguir, por que tu ausencia, nuestra ausencia, no causa el olvido por que le quiero, le quiero demasiado como para pasar página.
Quizás estoy tan enganchada a él, porque es indeciso, porque no me baila el agua constantemente, por que a lo mejor inconscientemente me guste esta situación, aún que lo dudo. Estoy al borde del hecatombe, no aguanto, soy una cobarde y una estúpida, y él un indeciso, al que odio, miento, al que me gustaría odiar, por tenerme de comodín, por hacerme esperar, por dudar, por todo, porque sí.

Lo único que consigue que me evada de él, es el recuerdo de aquella noche de locura, desenfrenada, en la que era yo, loca, desenfrenada, feliz.
Pero aquella noche, se fue a Londres.




El olvido está lleno de memoria, Mario Benedetti.

1 comentario: